José Ramón Aranguren Iraizotz ha fallecido hoy a los 70 años de edad tras sufrir un infarto según ha informado el diario Gara.
Su compromiso político le llevó desde siempre a implicarse en diferentes dinámicas y organizaciones destacando, sobre todo, su militancia en Herri Batasuna, organización con la que fue concejal del Ayuntamiento de Iruñea.
Su militancia política y social hizo que fuese primero encarcelado en 1998, a raíz del cierre del diario Egin y más tarde procesado en el conocido sumario 18/98.
Aranguren ya había sufrido infartos anteriormente e incluso tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones. Después de que esto sucediera fue apartado de la vista para ser juzgado en solitario. Sus compañeros del colectivo de encausados en el macrosumario se refirieron entonces a esta circunstancia asegurando que el empeoramiento de su estado de salud estaba inequívocamente relacionado con las condiciones de castigo impuestas por el tribunal que enjuiciaba su causa. Según este colectivo, en los hasta el momento cinco meses de juicio sufrió la tensión de los viajes a la Audiencia Nacional en los que acumulaba 14.900 kilómetros, a los que Aranguren sumaba los desplazamientos que quincenalmente efectuaba hasta París para visitar a su hijo Asier, preso político en una cárcel de la capital francesa.
Un abrazo para José Ramón
Cuando conoces a alguien y sabes de su valor como persona, a muchos vascos nos basta con reconocerlo en nuestro interior. Así somos de discretos. Pero como en este caso las fatalidades se reúnen para hacer sufrir a un hombre bueno como José Ramón, es necesario hacer público ese sentimiento. Le conozco desde hace unos cuantos años por motivos profesionales, ya que siempre ha manejado buena información, cada uno en su lugar, en el diario “Egin”. Y aunque los sucesivos contactos han sido desgraciadamente pocos y seguramente cortos, le mando un abrazo desde su tierra navarra con el deseo de que se reponga cuanto antes de este último tropiezo.
Probablemente el tener un corazón tan grande le ha perjudicado la salud, querer tanto a su país le ha producido ese maldito infarto. Paisano y rebelde, José Ramón Aranguren (como el resto, claro está, otro abrazo para todos ellos) no merece estar pasando este injusto calvario del 18/98, añadido en su caso al que representa tener que ir a visitar, tan lejos de su patria, a otro paisano rebelde como su hijo Asier.
Cuando debía estar disfrutando de su familia y sus cosas, el Estado le mantiene agarrado por el cuello desde hace ya ocho años, como bien dice Isidro Murga (otro rebelde) en su carta de ayer. Pedir que se archive el caso será una ingenuidad a estas alturas, pero por exigirlo que no quede. ¡Los queremos en casa, ya! [carta de Joxerra Bustillo en "Gara", 2006-05-10]
José Ramón Aranguren tenía 3 hijos, uno de los cuales se encuentra actualmente preso en el estado francés.
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