2008-06-05

Fantasmas en Eziago (el desenlace)


Termina aquí el retrato escrito por Rafael Castellano sobre el cierre de un diario que se llamó EGIN, y que, por cierto, no murió de inanición, o sea, por falta de letores, sino por la intervención directa del TOP o algún tribunal que heredó sus funciones. Se admiten otros relatos y aportaciones.



Banderillas negras

Aquel cerrojazo a “EGIN” resultó tan pirotécnico que suscitó reacciones en contra en cadena, incluidas las de quienes ni leían, ni se anunciaban (o disuadían a otros de hacerlo) ni se identificaban en las páginas de un periódico, visto lo que hay hoy para elegir, ameno. Enmudecer la expresión libre constituía una cacicada de mucho preocupar. Qué dirían en Europa. Y en USA, con su Primera Enmienda; y en Latinoamérica, que soñaba con la bendita democracia que la ciudadanía española se había dado a sí misma. Suscribieron el escrito de denuncia por “intromisión en el derecho básico de libertad de expresión”, entre otros muchos próceres, el consejero de Justicia del Gobierno autónomo, Sabin Intxaurraga. También, el polémico José Angel Cuerda, alcalde de Vitoria/Gasteiz. Obstruían los debates de PNV, IU y HB en contra de la orden del perilustre magistrado, los justicieros de UA, PP y PSOE. Pero la sacudida cundía, suscitaba rebotes, ‘retenciones’ policiales e innúmeros zurriburris improvisados a lo largo y ancho del mapa. En horas inmediatas al cierre de ambos medios, 1998, cundió un reflejo de indignación y apoyo. Aparte de que ni la justicia es la ley, ni viceversa, y lo rubrican los más carcas de los jurisconsultos, el “18/98” procesó o enchironó a cargos de gerencia y dirección informativa.

Más espontánea que emplazada, salvo lugar y hora, una ciudadanía unánime desfiló en nutridas filas, multitudinaria. Exigían la reapertura de “EGIN” y de “EGIN Irratia” y la retractación del contumaz don Baltasar. La utopía en marcha, vamos.

Convocó posteriormente el colectivo de desahuciados laborales una rueda de prensa, mientras llovían cartas y telefonazos de impotente solidaridad desde toda la escaleta sociológica conmovida por aquel desaguisado. A todo esto, la cabecera “Euskadi Información” evitó en clave ‘underground’, 8 páginas, y legal, el vacío informativo del anatemizado “EGIN”. Se agotaba en pocas horas. Quedaba el Estado de derecho, que tantas bocas atraganta, hecho unos zorros. Era un plebiscito sin urnas. Cierto prestigioso artista lo definió: “Es que me arrebatan la opción de no comprar un periódico que no me gusta”.

Los ‘populares’ se defendían diciendo que la culpa del desvalimiento obrero la tenían sus gerentes y administradores, y Salutregi, aún en libertad, luego se alojaría una temporada en el maco, enunció ante los colegas de otras instancias mediáticas que cubrían el acto que “…en cualquier caso, nada justifica el cierre, y así lo dicta la práctica habitual de las leyes españolas”. Ejemplificó, entonces: “Hemos visto a Jesús de Polanco encausado en procesos judiciales, y no se han cerrado ‘El Pais’ ni la cadena ‘SER’, ni Canal Plus. Encarcelaron a Mario Conde y no cerraron Banesto ni Antena-3…”. Oídos sordos.


Multitudinaria manifestación de apoyo en Bilbo


Siete años después


Hoy, otoño del 2005, el mismo Javier Salutregi, en libertad provisional, informó a Rebelión que 56 personas pueden resultar condenadas a penas que oscilan entre los 10 que se solicitan para Teresa Toda, subdirectora, allí presente en Eziago, y los 59 para Xavier Alegria. A Manu Aramburu, gerente, por desdicha, la muerte le salva, tétrica escapada, de un carretón de acusaciones. Salutregi, a quien le piden, “por pedir que no quede”, alcanza a ironizar, “doce años”, aludió al gerente fallecido en carretera durante su alocución. “Manu, con su inteligencia, podría hoy decirles a los jueces tres o cuatro cosas”. Tras los tableteos de la ‘txalaparta’ y los bertsolaris, Salutregi, antes de enfrentarse al micro, tiene que decir que se aproximen los presentes a la verja, y exhortar : “Que estamos en casa”. Un magnetismo agridulce, un yuyu, mantiene a la concurrencia en distante semicírculo. Aludió luego, sin nombrarlo, al ínclito presidente del Gobierno anterior, José María Aznar, que se jactó a destiempo, lenguaraz, de su osadía y capacidad para finiquitar el incómodo periódico de Hernani con la frase: “¡Qué se creían, que no nos atreveríamos a cerrar EGIN!”. Torpe bravata. Rememoró asimismo ingeniosos ludibrios orgánicos para ahogar financieramente a “EGIN” mediante boicot de publicidad institucional, y el caso omiso a la sentencia que obligó a insertarla. Recordó a Pepe Rei, grave a consecuencia de un accidente de circulación. Citó a varios difuntos de la peña, algunos, como Muguruza o Galdeano, cuya muerte violenta está aún por esclarecer.

“59 en el banquillo”

Antes de formar en la caravana de coches de “Kaiera” rumbo al Ayuntamiento de Hernani, Salutregi accedió a sincerarse. Son siete años y medio de aguante, tensos. “Estamos ya los 59 en el banquillo, prácticamente, esperando la fecha exacta para comparecer ante la Audiencia Nacional. Siempre, entre la incertidumbre y la esperanza. “¿Qué cómo se soporta la espera? Pues mal, francamente. Desde lo que supuso la debacle del primer día, al cerrarnos el periódico, hubo que levantar cabeza, que cuesta lo suyo; y a veces crees que ya la has levantado y decaes de nuevo”. Siete años “acudiendo al Juzgado; y no te dejan habituarte al hecho de andar en la calle, ni olvidar que estuviste en la cárcel. Bueno, eso nunca se olvida. Pero vas adaptándote a una existencia normal, y a tus rutinas, y pensar que puedes volver a lo mismo no es plato de gusto. Con los abogados hemos debido mantener una relación continuada y fuerte, más intensa ahora por la proximidad del juicio”.

Alivia un tanto “el momento político que se está viviendo, y las expectativas que se abren, donde el juicio a ‘EGIN’ no cuadra; pero bueno: está ahí”. Horas después, ya se aludió a ello, Josu Jon Imaz le hacía eco en lo que a los suyos atañe. Admite Salutregi que la prensa de hoy, en general, aburre. “No es sólo el pensamiento único, son palabras idénticas. El estilo de ‘EGIN’ era jovial, y ha contado con firmas importantes en clave de humor; hemos caricaturizado a mucha vaca sagrada”. Arrancan los motores y el silente Polígono Eziago recobra su ámbito de día inhábil. Un escenario para Stephen King y un desafío para Zapatero, la reclamación tautológica de “Kaiera”, que avanza de villa en villa en su cosecha de caligrafías irredentas: derechos civiles y políticos para todos. Todos.

Rafael Castellano de la Puente, Maverick Ink Press

[Tercera parte de "Fantasmas en Eziago: la iniciativa "Kaiera" frente al clausurado Egin", texto publicado en "Rebelión" el 1-11-2005]

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