2008-06-09

Poesía e indiferencia

HLa ciudad amaneció sin poesía, sin el aguijonazo de emoción por el que se nota la vida; porque el resto es transcurso, inercia y guión ajeno. Tenía las entrañas llenas de música, esa poesía que se hace con las manos, pero estaba invadida por la indiferencia, que es la cara que pone la muerte cuando se pasea con nosotros.

Había un festejo que llenaba las calles de prosopopeya con brochazos jazzísticos, que siempre se ha presentado como la expresión sonora más libre; y había, en la rotonda contigua, unos periodistas reducidos al silencio y con el trabajo vedado, y unos lectores que se habían quedado sin la opinión más o menos compartida.


Xabier Rekalde

Michel Portal y Richard Galliano ofrecían un concierto sin inhibiciones, una explosión de la inteligencia transmitida desde el corazón. Era el mayor ejercicio de independencia creativa que nos ofrecía esta vigésimo segunda edición del Festival. Afuera, un diario con la misma antigüedad había sido acallado por un juez de voluntad serpenteante y un ministro romo sin vela en este entierro, que no es el de una empresa sino el de una cabecera. Portal y Galliano hicieron escritura soberana con las composiciones de Hermetto Pascoal o Astor Piazzola, y con la suya propia, desmenuzando las piezas y liberándolas para dejarlas a disposición de su imaginación sin freno.

Nicholas Payton vino con un quinteto eufórico y muy bien empastado, y asociado con un guitarrista finísimo, Mark Whitfield. Ël es un solista feliz que ha aparcado bastante la erudición que ha sido bandera triste de sus compañeros de quinta. Hubo zonas suculentas en su concierto, buen entendimiento, apuntes solitarios afortunados y alegrÌía en la ejecución.

En el intermedio, una pancarta fugaz recordó, de nuevo, al periódico muerto. Y salió el trío de Ray Brown, prolongando el recital de la cantante Dee Dee Bridgwater, con mayor fortuna y mejores ingredientes que cuando ella apareció. Fue ella, y no ellos, quien desdibujó el recital y convirtió en palabrería sonora un discurso con los pilares bien asentados. Era un homenaje a Ella Fitzgerald, pero la evocación no tenía cuerpo, acaso porque la hermosa voz de Dee Dee andaba esa noche algo floja de temperatura. La jornada había comenzado con el fuego autónomo de Portal, en la hora de la merienda, y fue apagándose, perdiendo instinto y entregándose a las convenciones, a medida que avanzaba. Algún día se callará la música, perseguirán los pensamientos y será demasiado tarde.

[Crónica del Jazzaldia de Donostia censurada por la Dirección del diario "El Mundo" de Madrid en julio de 1998]

[NOTA: El periodista y músico vasco Xabier Rekalde falleció en la madrugada del 4 de Mayo de 2006 en accidente de automóvil en Guadalajara. Rekalde volvía de la presentación del Festival Pirineo Sur, y era también director del Festival de Almería. Xabier fue crítico de jazz en el diario EGIN bajo el seudónimo de Begoña Lasa, y posteriormente colaboró de forma regular en los suplementos de "Gara" Mugalari y Zazpika]

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